Historias que cuentan
En esta edición tenemos 4 historias alrededor del deporte, te invitamos a conocerlas:
La natación me enseñó a no rendirme
Por Liliana Posse – Directora Ejecutiva.
Desde los 8 a los 16 años fui nadadora de alto rendimiento. Mi mejor estilo era libre, especialmente en las pruebas de velocidad. Fui subcampeona Bogotana por varios años y participé en varios competencias ocupando el octavo lugar a nivel nacional.
Para llegar a este nivel debía entrenar todos los días de dos a tres horas diarias y, cuando estaba entrenando para los nacionales, entrenaba en la mañana antes de llegar al colegio y de nuevo por la tarde.
Tuve la suerte de tener un entrenador que se me enseñó a no rendirme. Cuando los entrenamientos eran muy duros y largos, (llegué a nadar 10.000 metros diarios), él siempre estaba ahí gritando desde el borde de la piscina USTED PUEDE; NO SE RINDA, FALTA POCO… y finalmente siempre llegaba a la meta.
Esta enseñanza se trasladó a mi vida personal y me hizo una mujer fuerte y capaz de pararme cuando siento que ya no puedo más. Creo que el deporte es una escuela increíble de vida, al igual que las artes y la música. Creo que todos deberíamos practicar una de éstas en nuestras vidas.
Realizar una actividad física es primordial en mi vida
Por Omar Mossos - Coordinador de Convivencia.
Diariamente practico una hora o más de ejercicio físico de cualquier tipo, pedalear a buen ritmo, caminata rápida o trote, una hora de frontón en la cancha de squash o practicar en el gimnasio en la escaladora. Cualquiera de estas actividades las realizo regularmente entre seis de la tarde y siete de la noche, no solamente me ayuda a eliminar el estrés y cansancio acumulados durante el día, si no que me ayuda a relajarme y descansar mejor en la noche.
Montar en bicicleta en mi pasión
Por Linda Cáceres – Jefe de Comunicaciones.
Sentir el aire en la cara, la sensación de libertad que me produce ir en bicicleta, es única. Hace más de 20 años nació mi gusto real por el ciclismo, empecé a recorrer mi barrio y diferentes lugares de la ciudad, como el centro de Bogotá, avenidas importantes, entre otros, compartiendo este deporte con amigos y familiares. Este ejercicio alimenta mi gusto por hacer del deporte un estilo de vida. Aún recuerdo la sensación de volver este deporte parte de mi cotidianidad, una felicidad absoluta.
Han pasado los años, unos montando más, otros menos y sigo recorriendo la ciudad con mi bici. En el último año, ese gusto se fortaleció e incrementó, ahora salgo dos veces por semana, sábados y domingos, recorro las ciclorrutas y la ciclovía, como una forma de hacer ejercicio físico y mentalmente lograr una especie de bienestar, además, es un medio de transporte ecológico que contribuye al ambiente.
Este estilo de vida me encanta realizarlo también con mi hija Paloma de 7 años, que como buena aprendiz sigue todas mis recomendaciones, nos acompañamos y hacemos ejercicio juntas; es muy importante que ella aprenda buenos hábitos, y qué mejor que este deporte, que nos proporciona innumerables satisfacciones físicas y emocionales.
Ejercer la profesión con amor y vocación por niños más felices
Por Jorge Moreno -Docente Educación Física.
Llevo 7 años ejerciendo mi profesión en la Fundación, en esta oportunidad me gustaría compartir la labor social que desarrollo desde hace 4 años a través de mi escuela de futbol Talentos Sport; labor social, que decidí emprender como una forma de reiterar uno de los valores más destacados de la universidad Uniminuto de la cual soy egresado y donde inculcan en cada persona el servicio a la sociedad.
De esta manera en el año 2017 empiezo este proyecto en la localidad de Engativá inicialmente como un apoyo para mis ingresos económicos y más adelante decido que será un proyecto sin ánimo de lucro y con el firme propósito de apoyar a un grupo de niñas y niños del ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar); población infantil a la cual le han sido vulnerados algunos de sus derechos, en este momento cuento con 25 niñas y niños entre las edades de 5 a 17 años de edad, llevando un proceso pedagógico en el que ellos pueden fortalecer sus habilidades motrices y valores para sus vidas, también se convierte en un e
spacio de entrenamiento y diversión a través del deporte y en este caso el futbol.
Este grupo de niños viven en una casa de paso bajo el cuidado de algunas mujeres conocidas como madres sustitutas, esperan una familia que los acoja en un núcleo familiar y les brinde el amor de padres del cual carecen. Poder ayudarlos se convierte en una experiencia gratificante, que todos los días aporta algo para mi vida.

