Por Luis Eduardo Pineda - Rector.
Después de un año de virtualidad regresamos en febrero al trabajo presencial en la Fundación, llevamos dos semanas de estudio en casa por la tercera ola del virus, retornaremos si el gobierno lo autoriza el próximo 10 de mayo, aun así, queremos compartir con ustedes la experiencia vivida del regreso a clases.
Como me decía una madre de familia, se siente como el primer día de colegio, mucha emoción, sentimiento que me recordó que cuando era niño y comenzaba un año escolar, mi profesora de primaria nos hacía recitar una pequeña estrofa que dice:
De nuevo al colegio, que gran emoción, nuevos compañeros y un nuevo salón.
Nunca he olvidado la estrofa, que suena mejor si se lee cantadita, y que me sirve para invitarlos a un año de trabajo de grandes retos, emociones y cambios.
El regreso no ha podido ser tan normal como hubiésemos querido, la pandemia nos hizo regresar de una forma que se ha llamado alternancia y que consiste en intercalar momentos de clases presenciales con virtuales.
Para esta alternancia es importante tener en cuenta estos aspectos:
Aforo: cada día recibimos máximo el 35% de los 560 estudiantes, es decir 196. Como las familias que decidieron enviar a sus hijos a clases presenciales son más, 250 aproximadamente; los dividimos en tres grupos y cada uno asiste una semana, así: la primera, estudiantes de primero a cuarto (37); la segunda, de quinto a octavo (130) y la tercera de noveno a undécimo (65).
Jornada presencial: se realiza de 4 horas, así que las clases comienzan a las 7:00 a.m. y termina a las 11:00 a.m.; los que están en presencialidad tienen clases virtuales después del almuerzo para completar la jornada. Nuestro horario de trabajo sigue siendo igual que siempre.
Jornada virtual: los estudiantes, cuyas familias decidieron continuar en modalidad de clases 100% virtuales, trabajan desde casa como el año pasado en una jornada de clases, de 7:00 a.m. a las 3:00 p.m.
El gran mandamiento laboral es cuidarnos:
En nuestra Fundación, han sido varios los procesos que se han llevado a cabo, iniciando con la creación del protocolo de bioseguridad abalado en noviembre por las entidades gubernamentales.
Hay tres normas de convivencia que ahora determinan todo nuestro actuar en la Fundación a través de la campaña de comunicación “un, dos, tres por mí, por ti, por todos”, tomando la idea de las escondidas, el uno representa el lavado de manos, dos el distanciamiento social de dos metros y el tres el uso del tapabocas, por ejemplo: “un, dos, tres, por Juan que está muy cerca de Pedro”.
De esta forma, tanto estudiantes como empleados se han acoplado a esta campaña de forma positiva, sin sentir que sea una prohibición.
A su vez, se realizó la señalización de varios lugares, por ejemplo, a través de la señal de manos verdes se permite el libre tránsito, evitando así el cruce con otras personas.
Estos protocolos nos han mantenido exentos de contagios, es por eso que continuar con ellos es muy importante ahora que nos encontramos en el tercer pico del virus y sobre todo por la salud de todos nuestros niños y trabajadores, como lo dice nuestro slogan “Por mí, por ti, por todos”.
