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Retos en la educación

El 2020 ha sido como una ventana hacia el futuro. Hemos podido ver en qué pueden convertirse a mediano plazo las relaciones sociales, la economía, la pobreza, muchos fenómenos culturales y, por supuesto, la educación.


Durante varias décadas hemos venido recibiendo los comentarios de los críticos de la educación que no entienden cómo, en los últimos al menos cien años, ésta se ha transformado muy poco. Los mismos salones, tableros, planes de estudio, etc.


Este año, y no por voluntad propia, muchos en el sector educativo tuvimos que ponernos al día en ese atraso y, además, dar un salto hacia adelante: clases virtuales, aplicaciones, plataformas tecnológicas, conectividad, videollamadas, ajustes curriculares, replanteamiento de objetivos, etc.


Pues bien, toda esta situación puso en la mira de los colegios, y por supuesto, de nuestra Fundación, grandes retos a los que debemos enfrentarnos a partir del próximo año, sólo les mencionaré un par:


- El reto de cómo subsanar las grandes desigualdades que evidenció la pandemia, me refiero, por ejemplo, al acceso a conectividad, dispositivos, herramientas didácticas, infraestructura tecnológica, etc. Mientras en algunos colegios de Colombia navegaron a complacencia sobre estos asuntos, otros tuvimos que lidiar con cosas que parecen muy elementales, como que algunas familias no tuvieran un computador, una tablet o conexión a internet para tomar clases virtuales; o que los docentes tuvieran que trabajar con las limitaciones que tienen las aplicaciones y los programas free o gratuitos, y no con las diversas herramientas de una plataforma virtual de apoyo a los procesos académicos robusta y variada pero de costos no accesibles.


- El reto de la transformación del currículo, una tarea difícil en tanto que los asuntos académicos pasaron a un segundo plano y tuvimos que darle prioridad al cuidado de las habilidades socioemocionales y psicosociales de estudiantes y docentes. Nos dimos cuenta, un poco a golpe de pandemia, que la educación debe darle protagonismo en el currículo a dimensiones del ser humano que han estado descuidadas, pero, además, debe transformar profundamente los contenidos, las competencias y las metodologías por las que tanto se ha preocupado hasta ahora. Y esta transformación debe ser compartida, consensuada y democrática.


- El reto de la pobreza, muchas de las familias de nuestros estudiantes perdieron sus trabajos, cerraron sus negocios, se quedaron sin ingresos para la educación de sus hijos, pero más allá de eso, incluso, algunas difícilmente tuvieron como suplir necesidades básicas.


En fin, el próximo año, el futuro, nos espera diferentes, con una mentalidad innovadora y transformadora. En la Fundación sabemos que son urgentes una modernización en nuestra infraestructura tecnológica, una reformulación de los grandes objetivos e idearios de nuestro proyecto educativo y un paso firme, calmado y reflexivo hacia lo que dichos cambios nos exigen. Sabemos que la tarea es ardua, pero también sabemos que muchas personas interesadas en la educación como motor transformador de la sociedad nos seguirán acompañando en este camino.








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